1/2 kg de papas
120 g de queso feta
4 cebolletas picadas
3 cucharadas de eneldo fresco picado
1 huevo batido
1 cucharada de zumo de limón
sal y pimienta negra molida
harina
3 cucharadas de aceite de oliva
Cueza las papas sin pelar en agua con sal.
Escúrrlas y, todavía calientes, pélelas.
Póngalas en un cuenco y macháquelas.
Desmenuce sobre ellas el queso feta, y añada las cebolletas, el eneldo, el huevo y el jugo de limón.
Salpimiente con cautela (e queso feta es algo salado de por sí) y mezcle bien.
Tape la mezcla y deje reposar en la heladera hasta que esté firne.
Forme con las manos bolitas del tamaño de una nuez, aplástelo.
Páselas por harina.
Caliente el aceite en un sartén y fría la abóndigas hasta que estén doradas.
Escúrralas sobre papel de cocina y sirva enseguida.
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